”Me despierto a las 4:44 de la madrugada.
Es mi única hora en la que mi mente y yo nos enfrentamos cara a cara.”
Abro mis ojos. Miro fijamente al techo, sin darle importancia a mi alrededor.
Respiro lentamente y mi dedo índice se mueve despacio como si dibujara siluetas. Mientras tanto, mi dedo anular da pulsaciones marcando el ritmo. En mi mente, escribo lo que debo hacer y realizo una red conceptual en mi cabeza.
Me despierto a las 4:44 de la madrugada.
Es mi única hora en la que mi mente y yo nos enfrentamos cara a cara.
Pienso que es la única hora donde el silencio yo somos protagonistas. Y aprecio este momento de soledad absoluta.
Mi mente y yo planeamos el día que nos espera, un día en el que tendré que salir al mundo y soportar su ruido ensordecedor, su gente egoísta y sus cosas insulsas.
No tengo a nadie con quien hablar de mis malditas ambigüedades, y si no me levanto a esta hora, siento como si el mundo me aplastara con su peso.
Mi vida por momentos puede ser una mierda, un constante fingir y cada segundo que dejo pasar es como despertar en un caos; por eso debo serle fiel a mi despertar.
Me despierto con un límite de pulsadas de energía. Cada acción que haga en el día, gastaré una porción de esa "energía limitada".
A veces, salen imprevistos y, ni siquiera pasó el mediodía. Eso ser muy agotador.
Por eso, a veces, ni siquiera salgo de mi habitación si sé tuve un día de mierda y estuve mucho afuera. Porque surgen imprevistos que hacen que deba utilizar más energía, y mi migraña me lo hace saber.
Me gustaría no tener un límite de energía. Hay gente que no tiene que planear para salir y encontrarse con ese "alguien" o, no tienen que resguardarse de no gastar su energía para ir a estudiar o trabajar. En cambio, yo sí; Y no tienen que pensar en planear, porque no tienen que enfrentarse con nadie ni nada allá afuera. Eso me angustia y en el fondo deseo tener esa habilidad.
Mi cerebro necesita adaptarse y reorganizarse constantemente para enfrentar cualquier nueva situación.
El ruido excesivo me cansa y me distrae, y las luces brillantes, titílantes me desorientan. Este tipo de estímulos pueden desencadenar una sobrecarga sensorial que me deja exhausto y con la necesidad de retirarme a un lugar tranquilo. Por eso, debo reorganizar mi mente: “Hoy será un caos. Habrá mucha gente y debes estar lo más tranquilo ”, me digo.
Muchas veces, he llorado escondido porque no he aguantado simples cosas que para muchos es la nada misma. Mi ansiedad aumenta al mil, se me nota mis Stimming, parpadeo cómo un loco e inumerables cosas más. Por ende, necesito reservar la mayor cantidad de energía porque sino, me siento desmayar. Y me incómoda esa situación.
A veces, esto puede ser difícil, ya que algunas personas esperan que me comporte como si fuera como ellos o creen que los ignoros maleducadomente por aburrimiento. No suelo hablar y no puedo seguir una conversación.
El resultado de todo esto es que me canso mucho más rápido que una persona neurotípica. Necesito descansar y reponer mi energía de manera constante para poder realizar mis actividades cotidianas.
Algo que sé es que a pesar de planear mi día, no debe ser como tal como lo piense. Porque, siempre existirá el factor sorpresa. Entonces, hago una aproximación de cuánto puedo gastar y cuánto debo reservar.
Me doy mis tiempos si estoy sólo (es más probable) y busco alguna alternativa que sepa que estoy resguardado y en minutos vuelvo a seguir.
Es importante el descanso porque nos ayuda a autorregularnos. El descanso reduce la sobreestimulación, el estrés y la ansiedad. Además, permite que el cerebro procese la información y recupere la energía para poder controlar mejor las emociones y el comportamiento. Por lo tanto, el descanso es esencial para el bienestar emocional y físico.
Miguel Quintana.
¡Un abrazo!
Y hasta la próxima!
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